lunes, 1 de junio de 2015

EL CIELO DE LOS PERROS

Bueno, a estas alturas que el dolor ha remitido un poco y ha sido anestesiado por el paso de los días y las horas, hoy voy a hacer terapia de choque. El dolor no lo ahoga ningún psicólogo, música, droga o comida, por lo menos para mí. Suelo calmarlo rabiando, la verdad. Lloro hasta sacar la rabia que llevo dentro, aunque nunca termino por concluir del todo esa labor, pues llevo años con la ponzoña dentro.
Dicen también que un buen abrazo ayuda, que un beso parece tener lidocaína, esa especie de anestésico que llevan algunas pastillas para el dolor de garganta.
Yo pienso que al dolor hay que enfrentarse en soledad, pues por muchos abrazos y esas cosas que los seres queridos te ofrezcan, mi tormento no va a pasar de mi pecho al suyo, no es contagioso.
Hasta aquí la introducción y ahora sí...
Hola Timmy,  ¿Cómo estás? ¿Estás bien? He de decirte que aún no nos ha llegado tu carta desde allí arriba, donde estás ahora, el sobre ese cerrado con un sello en forma de huella de momento no lo han echado en nuestro buzón, esperamos que llegue pronto porque estamos ansiosos por saber de tu bienestar entre nubes de algodón. Por cierto, ¿A qué huelen? Eres un rastreador nato, lo llevas en la sangre, seguro que ibas a mitad del camino y ya podías oler ese dulce y gélido aroma, que sólo de olerlo te imaginas una suave manta.
Hablando de mantas, el veterinario dejó que te llevases la tuya ¿No? Porque le dijimos que era tuya cuando te dejamos con él.
También tienes que saber que aquí todavía no nos hemos acostumbrado a que te hayas ido de viaje a tu nuevo hogar, hubiéramos preferido que te quedases aquí otros añitos más, como hasta ahora, y sabemos que tú también lo preferías, no te apures pequeño.
Suponemos que alguien estará cuidando de ti, esperamos que sepan que tú necesitas estar con compañía, la soledad la llevas mal porque no comes ni bebes cuando nadie está contigo.
¿Has visto a los yayos? ¿Y al abuelo? Les he pedido que te cuiden, ya que no pueden estar contigo todo el rato porque son lugares distintos, a ver si podéis pasar un ratito juntos cada día.
Te sigues acordando de ellos ¿ A que sí? Te querían mucho bebé, aunque el yayo lo disimulase.
Seguro que tienes un poquito de frío. ¡Menos mal que al final te fuiste sin cortarte el pelo! ¡Qué bien te habrá venido!
Haz amiguitos, ¿Eh? No te pongas cabezón e intentes ser el más fuerte, sobre todo con los perros grandes, no les ladres como solías hacer, que la mamá no está ahí arriba para que después te escondas detrás de su pierna ¿Vale? Primero hazte amigo de los cachorros y luego ya de los más mayores, pero no te vayas con los que son de gran tamaño que te persiguen y corren más que tú, acuérdate que estás gordito y seguro que te alcanzan.
¡Ah! Y ya sabes lo que dijo JuanFran, tu veterinario, tienes que hacer dieta, necesitas bajar de peso cariño, aunque te cueste. Ya sé que disfrutas mucho comiendo nuestra comida pero es mejor para tí, ya lo verás.
Te nos fuiste de repente y esa es la peor despedida, aunque estuviste acogido en tu partida por los cuatro, tu papá, tu mamá y tus dos hermanas.
Odio bajar y que en la rinconera no estén tus dos ojos almendrados, grandes y bonitos. Te quiero muchísimo mi pequeño. Te juro que eras, eres y serás siempre lo más lindo del mundo.
Eras amor en estado puro y quien no quiera entenderlo es una pena, pues tu corazón era lo más preciado y precioso de esta casa.
Que te amo mi bolita de pelo, y que espero veles por nosotros juntos a los yayos y el abuelo desde ahí arriba, tu nuevo hogar, EL CIELO DE LOS PERROS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario