sábado, 5 de noviembre de 2016

El cuervo negro

Se trata de un cuervo, y es negro. Como el azabache, como el carbón, como la jodida oscuridad que te deja cuando aparece sobre tu cabeza. Porque eso es lo que hace...¡Oh no! No vayas a pensar que es un animal cándido que te abrirá sus despeluchadas alas en forma de abrazo. Hace todo lo contrario. Te abrazará con esas alas ásperas y sucias hasta asfixiarte en su hedor.

Voltea sobre tu cabeza planeando durante algún tiempo, acechando, expectante para entrar en acción. Pero a veces, se aburre de esperar, porque nada sucede que a él le obligue a bajar y posarse sobre tu cabeza. El aburrimiento hace que su bombillita de las ideas se ilumine y se le ocurran mil cosas para hacer que las circunstancias le obliguen a bajar: se lleva tu alegría y la convierte en tristeza que, con el tiempo, evolucionará hasta tornarse rabia,frustración, ansiedad, agresividad, ira, celos, hostilidad, enfado, desprecio, agonía, culpa, dolor, soledad, miedo, horror, preocupación... el hijo de la gran puta se adueña de tu vida para convertirla en pesadilla.

Te provoca sentimientos contradictorios como querer estar sola pero acompañada a la vez.

Te hace heridas con su pico de hierro que se vuelven pensamientos malos, que te obligan a encerrarte en un baño y llorar mirándote al espejo. Te sientes cobarde, el cuervo hace que te sientas así y te habla con su espantosa voz taladrando tus tímpanos: "Cobarde, cobarde" dice sin cesar. "Cobarde, cobarde, cobarde". "Eres ridícula, ni siquiera te atreves a acabar con todo lo que te estoy haciendo, ni siquiera te atreves a matar mi voz, a matarme a mi".

Que no te engañe: no quiere que le mates a él, quiere que te mates a tí. Con cada picotazo, te ha inyectado su locura ponzoñosa que te envuelve el cerebro en bruma de horror. Y seamos realistas, para acabar con su voz, primero tendrías que dejar de escuchar y de pensar y eso conlleva a que el órgano que bombea a todo el organismo muera. Si muere, no bombeará tu sangre y el oxígeno hacia todas las partes de tu organismo, incluido tu cerebro.

Pero tu corazón no puede morir, no lo puedes matar, no puedes dejar que el cuervo negro te convenza de que lo mates.

Tu corazón tiene que vivir, tu cuerpo tiene que vivir, tú tienes que vivir, el cuervo negro no: a ese cabronazo que le den por el culo.

Si algo te hace daño, si tu corazón se ve dañado, explícaselo, pero sólo tú, no el cuervo.

Dile que lo sientes por dejar que de nuevo lo rompan, que lamentas que tenga que volver a empezar a latir a un ritmo distinto, que a lo mejor le cuesta adaptarse a no tener las mini taquicardias al ver al chico que te gusta o el infarto brutal cuando tienes un orgasmo. Dile que odias que le cueste volver a amar y que no le harás daño tratando de coser la herida que lo ha separado en dos, dile todo lo que se te ocurra para que no llore a borbotones la sangre que todos los cuervos negros que aparezcan le puedan causar.

Cuídalo, porque es el que te hace vivir, el que te hace sentir y el que te guiará y decidirá por tí cuando tú no puedas tomar la decisión y, por supuesto, el camino que en tu defecto él elija, será el correcto.

miércoles, 17 de agosto de 2016

No es feminismo, son valores

Hoy en día solemos escuchar la palabra "feminismo" en muchas conversaciones, distintos ámbitos y varios contextos, pues últimamente es uno de los TT actuales. Pero...¿Seríamos capaces de decir que todo el mundo entiende lo que significa esta palabra? Según Wikipedia, es un conjunto heterogéneo de movimientos políticos, culturales, económicos y sociales que tienen como objetivo la reivindicación de los derechos femeninos, así como cuestionar la dominación y la violencia de los varones sobre las mujeres y la asignación de roles sociales según el género.
En cuanto a tipos de afirmación como esta... ¿Estamos de acuerdo? ¿Es sólo lo que en estas palabras se refleja? ¿Puede que haya más? ¿En el fondo hay más y es esta sociedad la que no nos deja indagar detrás de las palabras y sus significados?
Podrán tacharme de inmoral, de que no tengo ética, de que soy una liberal sin escrúpulos...etc. ¿Pero habrá alguno que se atreva a tacharme de sincera?
Hay demasiados cobardes en esta sociedad hoy en día, y me refiero a la sociedad porque no voy a meterme con España, España no tiene la culpa de que esté enferma por el sistema que la domina.
Quiero dirigirme a todas las mujeres que lean este texto, sean feministas o no, sean liberales o retrógradas, incluso a las que son machistas, que aunque me parece increíble en el siglo XXI, también las hay.

En primer lugar empezaré por las amas de casa, sí, las que no quieren, no pueden, o creen que no deben hacerlo. Como dejo entrever, hay tres tipos de amas de casa. Las primeras, que quizá me parezcan las peores, son las que no quieren trabajar porque piensan que es el hombre el que debe traer a casa el dinero para sobrevivir toda la familia, y que ella, ya que no trabaja pues debe encargarse por obligación de la casa y de los niños. Pensáis que haciendo eso sois más dignas, más respetadas por vuestro marido o vuestra pareja...¿Más mujeres?. Las que no pueden evidentemente no tienen la culpa de no poder trabajar, sea por el motivo que sea. Dejémoslas a un lado. Luego está el último y tercer grupo, que son las que se dejan influenciar por sus maridos, quienes piensan que el hombre debe estar en la calle ganándose el pan y la mujer en la cocina y con el dedal puesto. ¿Pero estáis bien de la cabeza? ¿Acaso él es más que vosotras? Pero vosotras tampoco sois más que él. Él puede quedarse en casa y vosotras salir a la calle ¿Pero por qué eso está mal visto en esta sociedad? ¿Por qué se ve mal que la mujer adopte el papel del hombre y viceversa?


Después están las que por el motivo que sea no trabajan y el marido si, y piensan que como ellas se ocupan de la casa tienen todo el poder sobre el dinero que llega a casa. Luego las que dependen del marido para todo, las que se esperan a que llegue de trabajar para llevar a los niños al médico, las que no se sacan el carnet de conducir porque su marido ya lo tiene, las que dejan de lado a sus amigas cuando empiezan a salir con un hombre, las que piensan que para qué se necesitan amigas teniendo novio, las que se olvidan de ser mujeres para ser madres, las que con los años rechazan a los maridos...


Pero, por último, y por suerte, hay otro grupo, mis preferidas: las que se levantan cada mañana para trabajar en lo que sea que encuentren, tal y como están las cosas hoy en día, las que compaginan su trabajo con la casa, los niños y darle placer a su marido, las que siguen quedando con sus amigas para tomar café a pesar de tener hijos y estar casada, las que se desviven por sus niños pero a su vez cada noche sienten las caricias de su marido en sus cuerpos, las que no eligen entre ser madre y esposa, sino que son las dos cosas, las que no se quedan con el dinero que a su marido tanto le costó conseguir, las que consiguen, a pesar de los años, salir con su marido a tomar cerveza y mantener una conversación interesante, las que se preocupan por la educación de sus hijos y se aprietan el cinturón para pagar academias, material y matrículas escolares, esas que aunque hace años que dejaron de estudiar son capaces de coger un libro y enfrascarse en la historia que les está ofreciendo, las que se interesan por saber cada día una cosa nueva, las que aprenden viendo documentales, las noticias o buscando en Internet las dudas que se le ocurran, las que no dejan que el hombre las trate como esclavas o sirvientas pero tampoco se creen superiores a él.... Podría seguir formulando todos esos datos que me encantan sobre ese tipo de mujeres, pero creo que todo el que lea esto y conozca a mi madre, se dará cuenta de que la estoy describiendo a ella, no hay mujer de la que me sienta más orgullosa ni nunca la habrá y gracias a ella me he convertido en la mujer que soy, exactamente con los mismos valores que acabo de describir, gracias a la educación que me ha dado soy capaz de escribir estas líneas.


Todas las que son lo contrario a esto último que acabo de formular, me gustaría que os replantearais realmente si os valoráis como mujeres de forma adecuada. Pensáis que os está denigrando el hombre y de ahí que algunas os hagáis llamar feministas, pero estáis muy equivocadas, valorarse como mujer no es insultar, menospreciar e incluso pegar a tu pareja o cualquier hombre. Valorarse como mujer es hacer al menos tres de las cosas que acabo de enumerar anteriormente.


No sois más mujeres por saber limpiar o coser, una verdadera mujer se deja la piel, en todos los sentidos por su familia (y eso implica todo lo que he dicho un párrafo más arriba) como haría cualquier hombre que sale a la calle a ganarse el pan.


¿Y tú? ¿Te valoras como te mereces?


martes, 2 de junio de 2015

PINK LADY

Hice un pacto con Dios: él no entorpecería mi camino con sus piedras y yo no diría que no creo en su existencia... Aunque más bien hubiera sido mejor idea pactar con Cupido, ese pequeño niño gordo con alas y arco y flechas y te tortura con heridas de amor.
Me obligaban a casarme. Mis estúpidos padres me obligaban a ser partícipe de una estúpida boda con un estúpido medio hombre con el que para nada tenia algo que ver; y digo medio hombre porque tenía la mente de un niño a mi parecer, pero estaba bastante desarrollado.
Ese criajo aún tenía la edad del pavo y yo solía jurar por mi vida y a mi modo de verlo se notaba, que ya no jugaba con muñecas.
Sería la única forma de heredar el marquesado según dijo mi padre, y muy, muy a su pesar ya que tan sólo yo formaba su descendencia y para su desgracia no había sido varón. Aunque semejaba tener más coraje y valor que muchos de esos que se dicen llamar hombres.
Yo creía en el amor, creía en los sueños, en tener una gran casa con muchos niños, y muchos perros y también caballos y ganado, para no depender de nada ni nadie. ¡Ah! Y un huerto. Y todavía me barrunto si me encargaría yo misma de todo aquello o, por el contrario, si tendría servicio que se hiciese cargo.
Pero eso no sirve de nada, no sirve de nada soñar despierta si mi destino no fuera tan dichoso y lleno de gozo como el que suelo fantasear.
Y que Dios me perdone... pero ¿Qué es eso de llegar pura al matrimonio? "Jesús, María y José" blasfemo y me santiguo cada vez que lo pienso.
Ardo en calores cada vez que recuerdo algunas de las veces de las que mi cuerpo, mi alma y mi mente ha gozado del privilegio del pecado de las relaciones extra matrimoniales.
Todos los días, pasada pocos minutos la media noche saltaba por mi balcón hacia los jardines de palacio. 
Corría con mi vestido rosa arrastrando sus delicados bajos por la maleza mojada de rocío. No importaba si se ensuciaba. Mis pies se mojaban y se llenaban de barro, pues mis escarpines de frágil y delicado material no aguantaban los hierbajos y hojas que arañaban sin piedad.
Casi siempre solía quitármelos mientras corría. Era como en el tanto que trotas deshacerte de cada problema conforme más rápido vas, sentirte más libre de lo que algún día podrás lograr.
En esos momentos es cuando más ferviente me sentía y más deseaba la presencia de mi amado, mi amante, mi compañero de pensamientos. El hombre al que sí había aprendido a amar.
Que sus manos me acariciaran era como sentir la mejor seda que se pueda imaginar...Esas manos, castigadas por su guitarra, conseguían que tocase las nubes con las puntas de mis dedos.
Arrullaba mi cara, mi cuello, mis brazos y mis senos sin pudor alguno. Incluso suavemente arrullaba mis labios carnosos y mojados de su propia saliva, pues sabía que me gustaba en gordo.
Tocaba mi cuerpo como si el sol no volviese a salir y me decía al oído cosas escandalizantes pero hermosas al mismo tiempo. Me amaba, sabía que me amaba, al igual que yo a él...
Dentro de poco haría tres años de nuestro encuentros amorosos cerca del lago y no imaginamos que el momento de que nuestros caminos se separasen llegara tan pronto, como tampoco imaginamos que quedara encinta en ese preciso momento.
-Escapémonos.-me propuso.- Huyamos de tu padre. Empecemos una vida nueva juntos lejos de aquí.
No deseaba otra cosa con tanta fuerza como el cumplir sus palabras. Esa noche nos despedimos más pronto de lo normal, pues había que realizar los preparativos para el escape.
Al alba partimos en dos caballos que robé de las caballerizas de palacio y ese día, fue el primer día de mi vida, de mi felicidad.

lunes, 1 de junio de 2015

EL CIELO DE LOS PERROS

Bueno, a estas alturas que el dolor ha remitido un poco y ha sido anestesiado por el paso de los días y las horas, hoy voy a hacer terapia de choque. El dolor no lo ahoga ningún psicólogo, música, droga o comida, por lo menos para mí. Suelo calmarlo rabiando, la verdad. Lloro hasta sacar la rabia que llevo dentro, aunque nunca termino por concluir del todo esa labor, pues llevo años con la ponzoña dentro.
Dicen también que un buen abrazo ayuda, que un beso parece tener lidocaína, esa especie de anestésico que llevan algunas pastillas para el dolor de garganta.
Yo pienso que al dolor hay que enfrentarse en soledad, pues por muchos abrazos y esas cosas que los seres queridos te ofrezcan, mi tormento no va a pasar de mi pecho al suyo, no es contagioso.
Hasta aquí la introducción y ahora sí...
Hola Timmy,  ¿Cómo estás? ¿Estás bien? He de decirte que aún no nos ha llegado tu carta desde allí arriba, donde estás ahora, el sobre ese cerrado con un sello en forma de huella de momento no lo han echado en nuestro buzón, esperamos que llegue pronto porque estamos ansiosos por saber de tu bienestar entre nubes de algodón. Por cierto, ¿A qué huelen? Eres un rastreador nato, lo llevas en la sangre, seguro que ibas a mitad del camino y ya podías oler ese dulce y gélido aroma, que sólo de olerlo te imaginas una suave manta.
Hablando de mantas, el veterinario dejó que te llevases la tuya ¿No? Porque le dijimos que era tuya cuando te dejamos con él.
También tienes que saber que aquí todavía no nos hemos acostumbrado a que te hayas ido de viaje a tu nuevo hogar, hubiéramos preferido que te quedases aquí otros añitos más, como hasta ahora, y sabemos que tú también lo preferías, no te apures pequeño.
Suponemos que alguien estará cuidando de ti, esperamos que sepan que tú necesitas estar con compañía, la soledad la llevas mal porque no comes ni bebes cuando nadie está contigo.
¿Has visto a los yayos? ¿Y al abuelo? Les he pedido que te cuiden, ya que no pueden estar contigo todo el rato porque son lugares distintos, a ver si podéis pasar un ratito juntos cada día.
Te sigues acordando de ellos ¿ A que sí? Te querían mucho bebé, aunque el yayo lo disimulase.
Seguro que tienes un poquito de frío. ¡Menos mal que al final te fuiste sin cortarte el pelo! ¡Qué bien te habrá venido!
Haz amiguitos, ¿Eh? No te pongas cabezón e intentes ser el más fuerte, sobre todo con los perros grandes, no les ladres como solías hacer, que la mamá no está ahí arriba para que después te escondas detrás de su pierna ¿Vale? Primero hazte amigo de los cachorros y luego ya de los más mayores, pero no te vayas con los que son de gran tamaño que te persiguen y corren más que tú, acuérdate que estás gordito y seguro que te alcanzan.
¡Ah! Y ya sabes lo que dijo JuanFran, tu veterinario, tienes que hacer dieta, necesitas bajar de peso cariño, aunque te cueste. Ya sé que disfrutas mucho comiendo nuestra comida pero es mejor para tí, ya lo verás.
Te nos fuiste de repente y esa es la peor despedida, aunque estuviste acogido en tu partida por los cuatro, tu papá, tu mamá y tus dos hermanas.
Odio bajar y que en la rinconera no estén tus dos ojos almendrados, grandes y bonitos. Te quiero muchísimo mi pequeño. Te juro que eras, eres y serás siempre lo más lindo del mundo.
Eras amor en estado puro y quien no quiera entenderlo es una pena, pues tu corazón era lo más preciado y precioso de esta casa.
Que te amo mi bolita de pelo, y que espero veles por nosotros juntos a los yayos y el abuelo desde ahí arriba, tu nuevo hogar, EL CIELO DE LOS PERROS.

lunes, 20 de abril de 2015

Alguien

Muchas personas creen ser diferentes. Realmente todas los somos, toda persona es única e irreemplazable y eso nos hace diferentes. ¿Pero esa diferencia es real? Es decir, sí es cierto que toda persona tiene algo que aportar distinto a lo que aportaría otra ¿No? pero hay gente demasiado entregada a los prototipos sociales, a gustar sin precedentes, por encima de todo, aunque sean como no quieren ser sólo por complacer los ideales de una sociedad errónea.
Dicen ser especiales aún siguiendo un camino que no es el suyo, un camino que le imponen, aún siendo perros de la sociedad dicen ser especiales.
Eso no es ser especial, especial es saber lo que quieres sin que nadie cambie tu visión del destino que quieres sufrir o gozar. Alguien que ame sin miedo a que le rompan por dentro, que corra por las calles dándole igual que la gente piense que su cabeza está desequilibrada, que chille, que llore, que ría sin vergüenza, pues lo más lindo y puro del ser humano, lo que nos diferencia de los animales es que podemos expresar lo que nuestro corazón siente en cada momento.
Alguien que no se conforme, que luche por lo que quiere, alguien que no se deje llevar por las opiniones de los demás y tenga la suya propia, aunque la conciban como equivocada; alguien que quiera hacer algo, por mínimo que sea, para cambiar el mundo; alguien que consiga ser el mundo de otra persona, que sea buen amante, que consiga erizar la piel de su pareja con sólo una mirada, que su alma sea tan pura como su risa, que la locura sea su fiel amiga, que nunca pierda el niño que todos hemos sido, que sueñe y cumpla sus sueños sin impedimentos, que sea feliz aunque la vida no le deje.
Alguien que sea tan fiel a sí mismo que a veces provoque náuseas, inteligente y pícaro, pero humilde y bondadoso. Alguien que saque su demonio y no le dé miedo. Alguien libre.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Fragmento de "Confesiones de un diario"

Debí suponerlo, debí suponer que los hombres como él nunca cambian. Que aunque ese carácter zalamero y mujeriego me excite, debí suponer que aunque fuera esa persona especial que jamás encontró, también sería una más en el terreno del respeto y la infidelidad.
Siempre debes esperarte de un hombre cualquier cosa, cualquiera, incluso esa, porque por mucho que te quiera, por mucho que te ame, incluso si llega a no concebir la vida sin ti, un hombre puede llegar a serte infiel, aunque no te lo esperes, aunque no se lo proponga, pues a veces, necesitan besar otros labios, saborear otra boca e intercambiar su saliva con una distinta a la tuya para sentir el vuelco en su corazón que les hace ver quién realmente es su hembra. El vuelco definitivo para nombrar la hembra definitiva. Claro que quieren y aman, sólo que a su manera, si bien puede no servir esa forma peculiar y suya de querer y amar.

lunes, 27 de enero de 2014

La magia de la juventud

Caminaban de la mano, estrechamente agarrados, paseando bajo el atardecer de un verano no muy caluroso. Él la miraba de reojo y ella se sonrojaba tímidamente.
Sus zapatos de tacón resonaban con ligeros toques contra el asfalto, costándole coger el paso de su amante; andaba demasiado rápido.
Pequeñas gotas de agua calenturienta comenzaron a caer sobre sus hombros desnudos y se quitó el sombrero, deshaciendo su moño improvisado y dejando al aire su melena dorada para que se empapara de lluvia veraniega.
Él la observa con una expresión de rareza en su cara y ella lo miró a los ojos.
-¿Ocurre algo? -le preguntó.
-No...Nada, sólo es que pensé que no querrías mojarte.
-¿Y quedarme con este calor? ¿Acaso tiene algo de malo mojarse en pleno verano en una de sus bonitas tormentas?
Sonrió abatido y vencido por el carácter y filosofía de su amada.
-Supongo que no... Mi preocupación es que enfermes.
La lluvia comenzó a apretar y pronto comenzaron a caer grandes cantidades de agua sobre los enamorados. La fina camisa de seda de él, empapada completamente, transparentaba su cuerpo fibroso, y su cabello, de punta, yacía empapado y brillante mientras las gotas paseaban sensualmente por su rostro y ella, quien portaba un vestido blanco, amplio y fresco, marcaba delicadamente su diminuto y moldeado cuerpo, hasta la más mínima curva y tonalidad de la piel.
-No pienso enfermar... Dime algo.- le dijo ella. -¿Qué harías si no tuvieras miedo?
Soltó una carcajada desafiante pero a la vez llena de sentimientos hacia su querida.
-¿Y tú?
-Pregunté yo primero.
-Las damas delante.
-De acuerdo..-dijo pensativa, la chica mientras descalzaba sus pequeños pies morenos por el sol.
Comenzó a bailar sobre la carretera cual bailarina que calza puntas de ballet.
El amante sonreía lleno de ternura, acariciando con sus ojos el cuerpo de su chica.
Paró en seco, justo delante de él.
-Tu turno.
Miró hacia los lados comprobando que nadie se hallaba por aquellas calles y le susurró al oído:
-Déjate llevar, no importa el lugar, no importa el sitio, piensa que sólo importamos tú y yo.
Ella asintió en un golpe de cabeza y acto seguido, la besó como si nunca más volviese a hacerlo y la tocó como ningún otro lo haría jamás